"quien no vive para servir, no sirve para vivir"

Uno de los principales factores, si no es que es el principal de todo ser humano y las organizaciones es el brindar un servicio de calidad a los clientes, ya que la mayoría de las organizaciones en el mundo, aún ofreciendo productos deben de ofrecer distintos tipos de servicios, de aquí el origen de tan celebré frase.

sábado, 22 de mayo de 2010

discusión a cerca de los "recursos humanos"

Hay una pregunta que circula desde hace un tiempo en muchas discusiones y debates, que pone de manifiesto la indefinición y la ambigüedad en que está envuelta todavía la comprensión –o incomprensión– que existe en la materia: ¿es adecuada la expresión “Recursos Humanos”? Y más específicamente, ¿somos los seres humanos “recursos”?

Creo que está bastante claro para todo el mundo que las personas no somos recursos de la misma categoría o de la misma naturaleza como lo puede ser un objeto, ya sea un mueble, una herramienta, una materia prima o un insumo. Se podrían escribir libros –de hecho los hay, y muchos– sobre la naturaleza humana y sus particularidades, y sobre las maneras de gestionar esas particularidades. Independientemente de los diferentes enfoques teóricos y filosóficos, la naturaleza única del ser humano está fuera de toda duda o discusión.

Intuyo que todavía hay un largo camino por recorrer, y probablemente se trate de una discusión que nunca quedará saldada completamente o de una manera unánimemente satisfactoria.

En última instancia es una discusión –o una reflexión– que debe darse al interior de cada una de las organizaciones empresariales. En ese escenario, hay una doble paradoja en cuya sana resolución radica la clave para lograr una efectiva articulación de la gestión de las personas con la estrategia de negocio de la organización. Se trata de la profesionalización de la gestión de las personas, pero entendiendo que esa profesionalización debe ir en el sentido de la humanización de las relaciones, tanto al interior de la organización como hacia afuera.

El segundo componente de esta doble paradoja es que se trata de un camino que difícilmente pueda ser transitado si no existe con anterioridad, o no se logra en algún momento, una clara comprensión por parte de la o las personas que ocupan la Dirección, acerca de la verdadera naturaleza de la condición humana, si la o las personas que ocupan esos puestos no llegan a sentir empatía hacia las personas que trabajan para ellas y con ellas.